Prof. Dra. María de Gracia Rodríguez Fernández 
Universidad Internacional de Valencia – VIU
El poeta granadino Federico García Lorca (1898-1936) definió la poesía como “la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio”, y lo cierto es que expresar con palabras el significado que encierra el arte poético es ardua tarea para los amantes de la literatura. El reto es todavía mayor cuando se trata de acercar la poesía a los más jóvenes.
Al hacerlo cabe plantearse cuatro cuestiones esenciales:
– ¿cómo podemos los docentes transmitir el sentir poético al alumnado?
– ¿qué criterio tenemos que seguir a la hora de seleccionar a los poetas que vamos a explicar en clase?
– ¿juegan las nuevas tecnologías (en adelante TIC) algún papel de relevancia en este proceso de estudio?
– ¿por qué gran parte del alumnado no se reconoce en lo que lee?
Para responder, al menos en parte, a esos interrogantes, cito las palabras del profesor Francisco Alonso que en uno de sus artículos manifestó que “la enseñanza de la literatura en esta etapa [secundaria] va en dirección contraria, a juzgar por su fracaso a la hora de formar lectores al margen de los trámites académicos” (Alonso, 2005, p.131); y, en efecto, algo no estamos haciendo bien cuando no logramos auténticos lectores entre nuestros estudiantes.
¿Y si se mostrara al alumnado, por ejemplo, las conexiones que existen entre la poesía y la música que muchos de ellos llevan en su lista de reproducción de spotify? El grupo de heavy metal Tierra Santa que versionó “La canción del pirata” de Espronceda, Iron Maiden que musicalizó el texto de Coleridge, The Rime of the Ancient Mariner, etc. Pero no solo la música, también las TIC nos ayudan en este camino de formación literaria; aplicaciones como Poets corner, IP Poetry o Create Blackout Poetry nos facilitan tanto la enseñanza como el aprendizaje de la poesía de manera totalmente gratuita, de forma didáctica e interactiva.
Como señaló el poeta Benjamín Prado en la charla TEDxPlazaCañadío, “los buenos poemas son espejos, no son autorretratos”. Dicho de otro modo, el alumno tiene que reconocerse en lo que lee para quedar seducido por el poema y una vez que esto ocurre los beneficios son innumerables al aumentar la capacidad de comprensión lectora, el desarrollo cognitivo, la creatividad y el incremento del vocabulario.
Como ejemplo de este proceso de aprendizaje, determinante en la formación de los futuros amantes de la poesía, está el coordinado magistralmente por las profesoras Giulia Tosolini y Marisa Martínez Pérsico de la Universidad Italiana de Údine. En colaboración con su alumnado han traducido del español al italiano las obras firmadas por Ángeles Mora, Antonio Carvajal, Antonio Colinas, Antonio Gamoneda, Chantal Maillard, Clara Janés, Francisca Aguirre, Guillermo Carnero, Jaime Siles, José Corredor-Matheos, Luis García Montero, Olvido García Valdés y Rafael Guillén. También los han recitado. Esta iniciativa debe servirnos de ejemplo para trabajar con nuestros grupos de cualquier nivel educativo y terminar entendiendo la poesía como ya la definió Borges, “la expresión de la belleza por medio de palabras artísticamente entretejidas”.