Texto de:
Juan Manuel Iranzo Amatriaín
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología
Antiguamente, y no hace tanto, quien deseaba adquirir el más profundo conocimiento del alma humana lo perseguía en vetustos libros escritos por ancianos maestros, casi siempre en épocas remotas. Hoy una mujer joven puede, con perfecta seguridad en sí misma, enviarle por whatsapp a un amigo, hombre mayor educado en el hábito de la culpa y la confesión, de la justificación y la expiación, la imagen de un cartelito donde, con clara caligrafía y llano tuteo, le transmite esta perla de sabiduría: “No vivas dando tantas explicaciones. Tus amigos no las necesitan, tus enemigos no las creen y los estúpidos no las entienden.” LEER MÁS–>