Dedicado al periodismo escrito y radiofónico en Río Cuarto, inicia su carrera literaria con la publicación del libro de cuentos «El día en que el pueblo reventó de angustia», que si bien no fue prohibido sí fue perseguido por los gobiernos peronista y militar, secuestrado de librerías y casas particulares, y quemado en el cuartel del Regimiento 14 de Holmberg.
En 1975, tras ser amenazado de muerte por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), se exilió a París, de donde pasó a Barcelona. En esta ciudad, en la que volvió a ejercer el periodismo, ha desarrollado casi toda su obra narrativa, ensayística y poética, que ha sido considerada como una de las más relevantes de la literatura argentina del exilio.
Durante su exilio manifestó su compromiso con la libertad de conciencia y con la defensa de los derechos de autor. En el primer caso, en 1981 y 1982, como presidente del Comité de Empresa del Grupo Z, impulsó un Estatuto de Redacción.